La elaboración del arte marcial completo
por Oscar Gutiérrez
No existe un Arte Marcial completo, susceptible de hacer victorioso a un hombre en toda clase de combate. Cada tipo de Arte Marcial, cualquiera que sea, tiene que estar cuidadosamente concebido para reponder a un tipo determinado de agresión, establecido en función de la naturaleza del ataque del adversario, sea éste con o sin armas.
Así un Judoka tendrá dificultades al aproximarse a un boxeador para colocar sus técnicas de proyección; el mismo boxeador encontrará sin duda dificultades en desplegar su técnica pugilística si se encuentra agarrado por un judoka. El TaiChi Chuan se basa en una mina casi inagotable de técnicas esencialmente destinadas a tratar al adversario de cerca, lo mismo que el Kárate tiene la desventaja de estar concebido para tratar al adversario a distancia.
Se deduce de todo esto que el arte marcial ideal será aquel que sea capaz de desarrollar alternativamente estos dos tipos de técnicas.
Es así como la búsqueda personal de Kenji Tokitsu nos deja entrever una forma de Arte Marcial del futuro, incluyendo a la vez un variado registro de encadenamientos de técnicas de puño, asimilables a una forma eficaz y realista del Kárate, alternados con otras técnicas, llevando desventaja sobre los agarres, asimilables éstos a una forma enegética de TaiChi Chuan.
La sucesión de estas técnicas basadas en la búsqueda energética, la protección del centro y la tranquilidad, ofrece un conjunto coherente, susceptible de hacer frente a la desventaja de una situación. Es sin duda una de las razones por las que Kenji Tokitsu ha puesto recientemente sus toques en los dos Rinto Kata, kata de combate, y al kata de TaiChi Chen revisado, encadenamientos que conformarán los katas de referncia en nuestra escuela. Esto constituye una marcha revolucionaria, proyectando las bases clásicas e históricas de numerosas artes de combate chinos y japoneses, en una modernidad marcada con el sello del realismo, de la búsqueda energética, educativa y simétrica, permitiendo variar las técnicas sobre todas las orientaciones y sentidos de desplazamiento.
Bien entendido el concierto sonoro de críticas negativas se antoja estruendoso, burlón, reservado, hermético, incrédulo..."¿Cómo un joven maestro puede afirmar que la práctica de los katas tradicionales no es enriquecedora? Qué audacia pretender que el TaiChi no se base en la eficacia sublime decretada por tal o cual maestro...qué vanidad el llegar a crear su propio TaiChi (que de hecho no hace más que oponerse a otras artes marciales). Qué locura la de querer condensar en la misma práctica los elementos del sable, del QiGong, del método Hida y de casi todas las grandes corrientes de las principales Artes Marciales chinas. He aquí que es totalmente inasimilable para los pobres espíritus occidentales, que disponen sólo de unas horas a la semana, marcada por una práctica unidimensional manchada por la dosis de credibilidad generada por la vía mística propia a la cultura de nuestro fin de siglo..."
A lo mejor...Pero esto no es más que un punto de vista.
Tchaikowski, Mahler, Picasso,... todos tardaron mucho tiempo en ser reconocidos; Cristóbal Colón, Leonardo Da Vinci, Pasteur, fueron puestos al margen de la inteligencia de sus respectivas épocas.
¿Entonces qué queremos?
Podemos vegetar en una prática esotérica, intangible, unidimensional, traumatizante y a la larga descorazonadora; o bien podemos comprometernos en el camino de una renovación fijada por algunos practicantes elevados de la escuela.
¿Cuántos de nosotros sabrán sentir este cambio?
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