Jisei budo
Práctica interna o práctica externa
Kenji Tokitsu Sensei
(Trad. Oskar Gutiérrez)
Al hablar de la práctica interna, se piensa habitualmente en el Taichi Chuan, Bagua Zhang, y en el Xingyi Chuan, y en distintas corrientes del Shaolin para la práctica externa. Un practicante de alto nivel tiene a menudo la experiencia de estas dos corrientes.
¿Entonces, en qué son complementarias?
Voy a abordar solamente el plano práctico; la manera de activar el cuerpo tomando el ejemplo del Taichi Chuan para el interno y el Kárate para el externo, este último situándose como una de las ramas del boxeo del Shaolin, la práctica externa. Hoy encontramos karatekas que practican el kárate desde hace años, y realizan una práctica paralela de Taichi Chuan. La práctica suave del taichi parece dar un equilibrio. Cuanto más envejece un karateka, más aumenta la proporción del taichi. Eso permite mantener la práctica con más o menos satisfacción.
Pienso que el equilibrio con las prácticas externas e internas podría tener más mérito. Veamos eso más cerca. Cuando practicaba intensamente el kárate, experimentaba algunas veces unas sensaciones poco cómodas y esto me hizo reflexionar sobre el contenido y la calidad de mi práctica. Pensaba que aunque una persona tenga un caparazón de músculos sólidos, sus órganos internos y sus vísceras son tan blandos y flexibles que los de cualquiera. Además, las enfermedades graves comienzan en el interior.
El ejercicio del kárate no debe ir contra esta realidad del cuerpo si se quiere practicar mucho tiempo. Yo mismo me observé. Por ejemplo, al hacer el ejercicio del tsuki, lanzaba puño con fuerza y lo detenía precipitadamente "kimé". Tenía una sensación de fuerza, pero debí admitir que una vibración se extendía a partir de la parte posterior de la nuca con una resonancia desagradable. Este gesto, repetido centenares o millares de veces cada día, aporta un efecto negativo, no solamente a las articulaciones, sino a las células de los distintos órganos.
Imagínate tener en la mano una botella de agua, la sacudes violentamente y la detienes brutalmente. El agua agitada golpea las paredes de la botella. ¿No ocurre un acto similar en las células del cuerpo ejerciendo los tsukis? ¿Es bueno para la salud?
Este tipo de interrogación me condujo al Qi gong y a la práctica interna. Al comenzar a estudiar el Qi gong hace 25 años, la observación de mi primer maestro me sorprendió mucho. Me comentó "Pretendes relajar los músculos, pero intenta más bien hacerlo en tus vísceras y tus órganos internos..."
He necesitado varios años para comprender el sentido de esta enseñanza. La lentitud del movimiento y la relajación de los músculos en el ejercicio del Taichi Chuan favorecen el descubrimiento de distintas sensaciones que se derivan del interior del cuerpo. Podemos más tarde cultivarlos y reforzarlos por ejercicios convenientes. Es seguramente éste uno de los primeros aspectos del Taichi Chuan apreciados actualmente. Pero se trata solamente de un punto de partida; para ir más lejos, es necesaria una impulsión específica.
Para los que carecen de forma física, moverse lenta y flexiblemente como en los ejercicios de una gimnasia suave, la práctica del Tai-Chi les hará ciertamente bien. Pero adquirir capacidades en un arte marcial es, de cualquier forma, otra cosa. Trabajar siempre en relajación y en lentitud no es la forma de obtener buenas capacidades en combate.
Para encontrar una respuesta a nuestra duda inicial, sería interesante reflexionar sobre la posibilidad de formar capacidades en el arte de combate con el Taichi. Vayamos directamente a la cuestión de fondo. Si el taichi es eficaz como método de combate, este método debe permitir desarrollar capacidades para moverse rápidamente y desplegar una gran fuerza, ya que sin controlar la velocidad y la fuerza, es inconcebible desarrollar la eficacia en el combate de percusión (Chuan).
Al respecto no hay misterio. En este caso, nuestra problemática se resume en primer lugar en una pregunta: ¿Es realmente posible desarrollar la velocidad y la fuerza haciendo siempre el Taichi Chuan de forma lenta y flexible? Si la respuesta es que no: el taichi no es más que una gimnasia suave e ineficaz para el arte marcial. Si la respuesta es que sí, es necesario que se pueda explicar cómo se pueden cultivar y desarrollar las capacidades de velocidad y de fuerza con ejercicios lentos y flexibles: condiciones básicas para la eficacia.
Recuerden aquí que "el Taichi Chuan" se traduce como el arte del combate con predominio de la "percusión": Chuan, con el principio del taichi, aporta la integración dinámica de los elementos complementarios o contradictorios del yin y el yang. Si la lentitud y la flexibilidad pertenecen a "yin", la fuerza y la velocidad pertenecen a "yang". Siguiendo este razonamiento, si el Taichi Chuan se basara solamente en la lentitud y la flexibilidad, por lo tanto en los elementos "yin", sería lógico llamarlo "el taiyin chuan", y no "el taichi chuan". Ya que para constituir el taichi es necesario la integración de los elementos "complementarios" o "contradictorios": lentitud-velocidad y flexibilidad-fuerza.
Sin embargo constatamos que la tendencia actual sólo da valor a uno solo de estos aspectos, que es ciertamente positivo para la salud pero es insuficiente como método de artes marciales. Es necesario pues trabajar la velocidad y la fuerza para abordar el otro aspecto de la eficacia en el arte marcial, lo que no viene completamente solo. Es con este aspecto complementario que el taichi se volverá un método de arte marcial de pleno derecho.
Existe una idea similar en kárate. El Gôjyû Ryû se traduce como la escuela de la dureza y de flexibilidad, que contempla una síntesis dinámica al igual que el yin y el yang. En una conversación amistosa, uno de los maestros de Gôjû-Ryû me dijo un día: "Es necesario admitir que la tendencia actual de nuestra escuela es la dureza y no la flexibilidad. Pero sé que existían algunos maestros antiguos de nuestra escuela que practicaban más flexiblemente que nosotros.... Estos maestros dejan entender que querían también llegar a la practica de su kárate con más flexibilidad superando la fase de la dureza."
La idea de "gô-jû" tiene una gran semejanza con la de "taichi". Sin embargo, constatamos que en la tendencia actual dominante, el equilibrio buscado está roto por la falta de flexibilidad para el primero, y por la falta de dureza para el segundo. Con este comentario podemos razonar de una manera simple: el método ideal es el que desarrolla las cualidades humanas que evolucionan en el tiempo, de ahí la necesidad de la complementariedad de la flexibilidad y la dureza.
Rigurosamente hablando, no es practicando una disciplina clasificada como "interna" como su práctica se vuelve interna. La práctica interna comienza a partir del momento en que se puede formar un sistema de movimientos que activan las partes internas del cuerpo. Por ejemplo, trabajar con flexibilidad y lentitud permitirá inicialmente llamar la atención sobre distintas partes del cuerpo, lo que facilitará a continuación el trabajo para activarlas. Son por ejemplo, los movimientos centrados bajo la garganta, el esternón, el plexo solar, el ombligo, la parte baja del vientre..., es decir, las partes conocidas como las sedes de la energía. Uno puede no sólo sensibilizarlos, sino más tarde activarlos como el inicio del dinamismo. Por ejemplo, para levantar el brazo, movilizamos habitualmente la fuerza del hombro. Pero el ejercicio "interno" nos permitirá movilizar intensamente los músculos dorsales, aprendiendo a lograr la fuerza como si el brazo se prolongase hasta la parte baja de la columna vertebral, lo que permite así emplear una mayor fuerza. Al llegar a activar así los músculos dorsales, tomaremos conciencia que estimulará y activará al mismo tiempo la parte interna del cuerpo. Por lo tanto, podremos movilizar una mayor fuerza para un movimiento técnico, creando al mismo tiempo estímulos positivos a los órganos internos. La ejecución de una técnica que activa la energía vital aplicando al mismo tiempo una mayor fuerza: ¿no es el ideal buscado para el método de un arte marcial?